Pocas Ligas han sabido invertir mejor que la Premier, capaz de salpicar de talento las jurásicas señas que han distinguido al fútbol británico. Se mantiene el juego vertiginoso de toda la vida, el que no admite concesiones, el que sacraliza los partidos de ida y vuelta, el que se rebela contra todo aliño superfluo. Constantes a las que los clubes de mayor jerarquía han añadido futbolistas de alto rango, jugadores aptos para acelerar con clase. Es el caso del Arsenal y el Manchester United, instalados en el gotha del fútbol mundial no sólo por su heráldica, sino por su exquisitez. Ayer lo certificaron de nuevo tras un partido de muchos decibelios en el que ambos ofrecieron lo mejor de su repertorio, con Cesc, Rooney y Cristiano Ronaldo como grandes protagonistas, lo que siempre abrillanta cualquier cartel.
Con el catalán como guía, el Arsenal remontó por dos veces al United, que exhibió un fútbol menos elaborado pero con mayor pegada. Son dos equipos de autor. Al primero lo ha esculpido un visionario francés: Arsène Wenger. Éste es su tercer acto de una obra que comenzó con Overmars, Petit y otros cuantos, que dio paso al equipo liderado por Vieira y Henry y que en la actualidad es la mejor clonación del inolvidable Ajax de los setenta. Un equipo de academia, con acné, sin derroches financieros y con un estilo inconfundible al que pastorea un todocampista de 20 años. Cesc defiende, asiste y remata, como en el primer gol gunner, su sexto en la Liga. Pero es mucho más: él arenga a todos, discute con el árbitro y atiza a su volcánica hinchada. Nada que ver con ese chico de aire deprimido al que recluta Aragonés. A su alrededor, unos cuantos atletas africanos con el empeine bien pulido, caso de Sagna, Eboué y Abdebayor, que descarga el juego para el pelotón de llegadores de Wenger. En este Arsenal, como en aquel Ajax de Cruyff y Keizer, todos son señuelos: nadie está y todos llegan.
Enfrente, el United, la enciclopedia de Alex Ferguson. Giggs, ahijado del técnico, pone la sabiduría; Cristiano Ronaldo, la chistera; y Rooney se basta para simbolizar a la mejor caballería. Suyo fue el tanto que adelantó al United, tras un remate que rebotó en Gallas, gracias a una asistencia de Cristiano Ronaldo, Gallas corregiría la faena para el Arsenal ya en la prolongación. Justo premio, justa igualada, para dos escuelas admirables que no defraudaron. Dos equipos con tanto ánimo como categoría. Dos equipos que engrandecen este juego por su ancla con sus raíces y su adelanto al futuro. Todo fútbol y nada más que fútbol.
1 comentarios:
Hola wapa!!!
ke tal???
Weno pos ke hoy no me lo curro muxo, ke toy mu cansa
Xao besos, tKmMMMMMMMM
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